La pulpotomía es uno de los tratamientos más comunes en odontopediatría, especialmente cuando los dientes de leche o dientes primarios se ven afectados por una caries profunda. Su objetivo es preservar el diente, evitando así su pérdida prematura y permitiendo que el niño mantenga una correcta masticación, fonación y espacio para la erupción del diente definitivo.
Todos los dientes, tanto los de leche como los definitivos, están compuestos por cuatro capas que conforman toda la pieza: esmalte, dentina, cemento radicular y pulpa dental. Mientras que el esmalte y la dentina son las capas más externas, el cemento y la pulpa forman la parte de la zona interna, donde se encuentran los nervios y vasos sanguíneos.
En ocasiones, el consumo de alimentos y bebidas frías, calientes o dulces por parte de los niños, puede producir dolor en sus dientes ya que las capas externas son más finas y pueden estar afectadas. En estos casos, es posible que la pulpa pueda estar inflamada, dando lugar a una pulpitis, debido a una caries no tratada.
¿Qué es una pulpotomía?
Como hemos visto, una de las partes más internas de las piezas dentales es la pulpa. En ella se encuentran las ramificaciones nerviosas y el suministro sanguíneo, y llega hasta el fondo de la raíz del diente, la cual se encuentra debajo de las encías.
Si después de una exploración intraoral y radiográfica se descubre que la caries ha afectado a la pulpa del diente del niño, pero todavía no hay grandes daños en la raíz, el odontopediatra recomendará la realización de una pulpotomía.
Este procedimiento se realiza en dientes de leche que presentan afectación pulpar (zona de la pulpa situada en la corona del diente). Se extrae el tejido nervioso afectado de la corona, mientras que el nervio alojado en el conducto radicular se deja intacto siempre que esté sano o levemente inflamado. La pulpa dañada se vacía parcialmente para, posteriormente, reconstruir la pieza.

¿Cuáles son los síntomas?
Al tratarse de una caries profunda, existen una serie de síntomas que pueden indicar una pulpitis o inflamación de la pulpa:
- Sensibilidad dental.
- Cambio de color del diente.
- Fuerte dolor.
- Inflamación de la encía.
- Mal aliento.
- Rotura de la pieza.
En algunos casos, los síntomas pueden ser poco evidentes, especialmente en las fases iniciales. Por ello, es muy importante que los niños acudan a revisiones periódicas, ya que el diagnóstico precoz permite actuar antes de que la caries avance hacia la pulpa radicular.
¿En qué consiste la pulpotomía?
Mediante diferentes pruebas diagnósticas como radiografías, el odontopediatra tendrá que comprobar el estado de la lesión dental para determinar el alcance.
Si la caries ha afectado a parte del tejido de la pulpa del diente de leche, se retirará mediante anestesia local para evitar cualquier molestia durante la intervención, sin afectar a la posterior erupción del diente definitivo.
Una vez retirada, se procederá al relleno y sellado del diente para evitar la pérdida prematura y otras complicaciones futuras, además de recuperar la funcionalidad de la boca. En la mayoría de los casos, se recomienda colocar una corona pediátrica que proteja la pieza hasta su exfoliación natural.
Este tratamiento se realiza habitualmente en una sola sesión y tiene una alta tasa de éxito, siempre que se diagnostique a tiempo y se mantenga un correcta higiene bucodental tras la intervención.
Diferencia entre pulpotomía y pulpectomía
En numerosas ocasiones se habla de pulpotomía y pulpectomía en el mismo contexto, creando confusión entre ambos procedimientos.
La caries es la principal causante de la inflamación e infección de los nervios dentales. La endodoncia, comúnmente conocida como “matar el nervio”, consiste en extirpar total o parcialmente la pulpa dental afectada, dejándola libre de bacterias. En términos de odontología infantil, la pulpectomía es un procedimiento similar a la endodoncia, pero únicamente en dientes de leche o temporales.
Tanto la pulpotomía como la pulpectomía tratan la endodoncia enfocada a los dientes temporales. Sin embargo, mientras que la pulpotomía es una técnica más sencilla, la pulpectomía se indica para casos de mayor gravedad, donde la caries afecta a la pulpa por completo y el nervio está dañado de forma irreversible.
En estos casos, se eliminan todos los tejidos afectados, se extrae el nervio al completo y se sellan con materiales reabsorbibles antes de reconstruir el diente. Es un tratamiento más complejo, pero necesario en casos de infección avanzada o abscesos.
¿Existen riesgos después de una pulpotomía?
Aunque la pulpotomía es un tratamiento seguro y eficaz, en algunos casos pueden aparecer complicaciones. Si la pulpa radicular estaba más dañada de lo esperado, podría desarrollarse una infección o inflamación, requiriendo tratamientos adicionales. También puede producirse un cambio de color en el diente o fracturas si no se coloca una corona protectora. De ahí, la importancia de acudir a las revisiones y seguir las indicaciones del odontopediatra para asegurar una buena evolución.
Prevención: la mejor herramienta
La manera más sencilla de evitar el tratamiento de pulpotomía o pulpectomía es cuidar los dientes desde su primera aparición.
Manteniendo una serie de hábitos como el cepillado diario, una dieta equilibrada con bajo contenido de azúcares o las revisiones periódicas al dentista, se puede prevenir en gran medida la aparición de caries dentales y, con ello, la necesidad de tratamientos más invasivos.
Asimismo, medidas como la aplicación de flúor tópico en consulta o la colocación de selladores de fosas y fisuras pueden ser muy útiles para proteger las superficies más vulnerables de los dientes temporales de leche.
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